Las difíciles condiciones de la geografía chihuahuense dieron forma al carácter de sus habitantes, quienes al igual que la
mayoría de sus compatriotas norteños han forjado su tenacidad y perseverancia gracias a la dura labor que significa obtener del árido suelo algo de alimento y
agua para el sustento de su familia y su ganado. Esto, aunado a la característica hospitalidad y buena disposición de ayudar de los mexicanos, conforman el
perfil del afanoso chihuahuense.
Es así que, en un suelo poco propicio para la agricultura, los colonizadores europeos, misioneros e indígenas aprendieron a desarrollar técnicas para conservar
los alimentos ya que los periodos de cosecha eran breves y escasos. Así, nacen los chacales (maíz seco), chile pasado, conservas de frutas y frutas
deshidratadas, carne deshidratada o cecina, y el famoso “queso ranchero” hecho de leche de chiva o de res. Estos ingredientes adquieren un característico sabor
que los diferencia de los naturales, agregando a los guisados chihuahuenses una sazón muy peculiar.
Sin embargo, esto no desmotivó a los habitantes prehispánicos de la zona conocida como Paquimé o de Casas Grandes a desarrollar una gran ciudad con
construcciones de hasta 4 pisos hermosamente decoradas con artísticos objetos de cerámica. Además de su desarrollado gusto por la alfarería, se descubrieron
grandes jaulas de aves exóticas provistas de calefacción y patios para el juego de pelota.
Por lo que hoy, la sociedad chihuahuense está conformada por grupos indígenas que aún conservan sus raíces y tradiciones muy arraigadas. Actualmente, el grupo
principal en número e influencia cultural en el estado es el de los tarahumaras. Habitantes originales de estas tierras, fueron forzados a retirarse a vivir en
una porción de las montañas de la Sierra Madre Occidental, hoy conocida bajo el nombre de Sierra Tarahumara. Como sucede en el resto del país, este grupo
étnico se encuentra entre los más pobres y marginados del estado. Parte de su economía se sustenta con la venta de sikolís y bitikolís, ollas y vasijas de
barro y textiles y joyería de chaquira que ofrecen en sitios turísticos del estado.
Otro grupo cultural de gran influencia en la vida económica y cultural de Chihuahua es el de los menonitas. A principios del siglo XX, obteniendo excepcionales
concesiones de parte del gobierno mexicano en turno, el Gral. Álvaro Obregón, llegaron a la comunidad de Santa Clara cientos de familias menonita procedentes
de Canadá, pero originarios de Holanda. Su origen europeo, su religión única, la frugalidad que rige cada aspecto de su vida y su característica dedicación al
trabajo comunitario llegaron con todos ellos para quedarse; y hoy, Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua es una floreciente comunidad de origen menonita.
Un capítulo vergonzoso y triste no sólo en la historia de Chihuahua sino de todo México, es el de los feminicidios ocurridos en Ciudad Juárez. A partir de la
década de los noventa, el auge económico estadounidense llegó a la frontera mexicana en forma de maquiladoras de exportación que abrieron oportunidades a
muchos mexicanos y mexicanas. Las mujeres trabajadoras de Juárez sin embargo, vieron cómo esta oportunidad se convirtió en tragedia cuando a partir de 1993
comienzan a ser víctimas de cruentos asesinatos y misteriosas desapariciones que a la fecha continúan impunes. La trascendencia de esta violencia misógina ha
trascendido fronteras. Activistas de los derechos humanos, artistas y políticos del mundo se unen a los clamores de los familiares de las víctimas, quienes
reclaman justicia para sus mujeres, para las hoy famosas “muertas de Juárez”. Al respecto, el afamado escritor latinoamericano Carlos Monsiváis ha denunciado
la corrupción de las autoridades mexicanas, quienes hoy en día han tenido que hacer grandes cambios en los altos mandos de las autoridades juarenses, asignando
por ejemplo, como Fiscal Federal y Procuradora del Estado a mujeres que han decidido trabajar en conjunto con la sociedad civil. La cual está organizada en
activas asociaciones como son “Nuestras Hijas de Regreso a Casa”, “Mujeres por Juárez” y “Voces Sin Eco”. En 2007 se anuncia el estreno de la película
“Bordertown” o “Ciudad del Silencio” protagonizada por la estrella hollywoodense Jennifer López y que aborda esta trágica realidad.